Esta práctica consistió en un debate realizado entre todos en clase tras el visionado del vídeo “La aventura de los superhéroes”. Para ello, se asignaron diferentes roles a cada uno de los presentes, unos defendían el cómic y otros se mostraban en contra por la influencia que dicen que ejerce sobre los lectores. Entre los defensores había: un niño y una niña, un guionista y un dibujante y dos representantes de la industria del cómic. Entre los que se oponían estaban un padre y una madre, dos políticos y dos defensores del menor. Cada uno de los asignados tuvo que defender su papel, y salieron las siguientes opiniones:
- Representantes del cómic: defienden la teoría de que si se venden los cómics con actitudes violentas no tienen por qué cambiar las historias. Es lo más demandado y piensan seguir haciendo este tipo de producciones.
- Políticos: en contra de la postura de los representantes, propusieron imponer una ley que obligue a establecer una edad mínima para vender determinados tipos de cómics, para que los niños no los tengan todos a su alcance si hay contenido inapropiado para ellos.
- Dibujante y guionista: responden a los políticos diciendo que ellos sólo hacen lo que los representantes les mandan, y argumentan que no tienen voz ni voto en la producción de los cómics, no toman decisiones acerca de los argumentos de estos.
- Defensores del menor: se mostraron de acuerdo con los políticos, ya que así se podría evitar que los niños comparan cómics con material inapropiado para ellos.
- El padre y la madre: dicen que aunque no proporcionen dinero a sus hijos nunca pueden estar del todo seguros de lo que pueda llegar a sus manos, por lo que apoyan la idea de la ley que establece una edad mínima para comprar determinados tipos de cómic, así no tendrán que controlar si darles dinero o no a sus hijos, ni lo que andan comprando.
- El niño y la niña: asumen que les gusta desafiar a los adultos comprando los cómics que ellos les desaconsejan, los de contenido violento, además de porque les atraen más que otro tipo de historias. Aseguran también que los vendedores no se oponen a proporcionarles este tipo de contenido; siempre que lo paguen, no tendrán problema.
En clase no se llegó a ninguna conclusión evidente, ya que todos coincidieron en que es difícil satisfacer las preferencias de todo el mundo. Las posturas vistas anteriormente manifiestan que no existe colaboración entre los distintos grupos para alcanzar una solución coherente, sino que todos ceden la responsabilidad a los demás, no queriendo asumir la culpa ni tomando cartas en el asunto para evitar que los niños tengan al alcance material inapropiado para su edad, lo que puede influir a largo plazo en su comportamiento.
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